Los 'Químicos para el Amor' y sus mecanismos en el vínculo asimétrico.

¿Hasta qué punto nuestras decisiones amorosas responden a la bioquímica del enamoramiento y cuándo comienzan a dictarlas las carencias emocionales, la historia personal o el miedo a la soledad?
Retratos del amor de pareja en su estado decadente, la dependencia afectiva, es el eje central de Químicos para el Amor. Una obra que desnuda los rincones más oscuros del amor obsesivo, el que ya no busca compartir sino poseer.
Dos actores y tres historias. Una narrativa que con gran soltura engancha al público desde la primera escena. En tres actos, la obra presenta a tres parejas, interpretadas por Erika Rendón, Fer Aguiar* e Iván Romo, en contextos temporales y sociales diferentes cuyo común denominador es el amor obsesivo, con vertientes que van de lo jocoso a lo más crudo.
El montaje transporta al espectador a través de un mar de fuertes emociones retratando un amor compulsivo, que se alimenta de patrones repetitivos y de la incapacidad de soltar.
La obra se adentra en los territorios sombríos del amor obsesivo-compulsivo, donde el deseo de estar con el otro no nace de la libertad, sino de una necesidad urgente e irracional de completarse a través de él.
En el centro de esta puesta en escena late un vínculo asimétrico, un lazo sostenido por el miedo a la pérdida y la necesidad de validación, donde el amor deja de ser un intercambio recíproco para convertirse en una forma de supervivencia emocional. El amor que busca paz inmediata como su mecanismo de acción, y que puede ser atenuante como aspirina, relajante como litio o sedante como cloroformo.
Químicos para el Amor. Dirección: Marisa Gómez. Dramaturgia: Carmina Narro. Con: Iván Romo, Erika Rendón y Fer Aguiar*. Se presenta en Foro Shakespeare los lunes del 5 de mayo al 30 de junio a las 20 hrs.
*Fer Aguiar en participación especial en lugar de Erika Rendón en ciertas funciones.
Texto: Héctor Zavalza (@hekumx).